miércoles, 10 de septiembre de 2008

Alarma social: la vecina de abajo

Vuelvo porque la ocasión lo merece.
He dejado el pozo oscuro en que se había convertido la complu y en ella a todos los personajes oscuros que, cual niña de The ring, me perseguían con los brazos extendidos y el pelo en la cara. Prueba superada.
Eso sí, el traslado del expediente ha sido un infierno (ya ves tú, pa' diez asignaturas aprobadas que tengo)
Sin embargo no es la mierda del imperio de Aldecoa y sus hijos sublevados lo que nos atañe en esta ocasión, sino mi vecina de abajo.


La única vez que mi padre puso el pie en el nuevo zulo en el que vivo me comentó que había tenido un encuentro incómodo en el ascensor con una señora muy extravagante. No le presté ninguna atención, claro. El caso es que unos días después, tras una de esas estancias nocturnas de Kurt recibí un sms algo extraño, pero muy directo: "¡Cuidado con tu vecina d abajo"
Se repitió la historia con mi hermano, que apareció al otro lado de la puerta con un gesto de dolor.

-¿Qué te ha pasado?
- Tu vecina me ha invitado a pasar a su casa y lo que quiera.

No fueron los únicos, por lo visto es famosa en el edificio (tres plantas, 9 viviendas) Parece que estuvo muuy enamorada del señor que vivía antes aquí, donde ahora vivimos otra chica que se exilió de la complu, y yo y que se dedicó a acosarle hasta que se marchó. Ausente pues su gran amor decidió tratar de seducir a cuanto ser humano se cruzara en su camino.
Vale, sí, esta última parte nos la hemos inventado porque la versión oficial es que "no está bien" y el morbo es el morbo, a ver si no cómo voy a recuperar a mis lectores.
Yo sólo la he visto una vez y fue así como de refilón. Tendrá unos cuarenta y tantos años y físicamente es del palo de Teresita Páramo. De momento no puedo dar ningún dato más, pero os mantendré informados.