Me apoyo en el cristal y cierro los ojos. Voy pensando que qué bien que vuelvo a casa otra vez, que me quedo hasta el viernes, que qué habrá hecho mi madre de cenar y en lo rápido que me he acostumbrado a ir de un lado para otro sin apenas pensar. Me voy quedando dormida despacito. Me arrulla el motor y el tembleque del cristal me mece.
Voy dejando que se mezclen lo que hay a un lado y a otro de la fina cortinilla que nos separa de los sueños y es así es como… La hostia!! ¿Y esos colores tan raros? La cámara del móvil!!
Así ha salido la foto esta tarde en algún lugar entre Madrid y Segovia.
6 comentarios:
Interesante imagen crepuscular. En Madrid, en el Templo de Debod, he visto muchas veces ese atardecer.
En cuanto al comentario que has dejado en mi blog, sí, "El imperio" me han dicho que está muy bien. Tendré en cuenta tu recomendación.
Saludos.
hola!
Es verdad que son unos colores raros. Me encanta viajar en tren, es muy evocador tu post.
Me gusta el título, y me gusta la foto. Un atardecer partiendo de una ciudad es algo evocador.
Jo...!!!
te em adelantaste...
tengo una muuuuuuy parecida de la esquina de la calle alcalá-retiro, con Jorge Juan....
....
.....
descartada!!!
Como me ha recordado ese momento en tren a mi vida en Madrid, me movía mejor en cercanías que en metro y sobre todo cuando pasaba por el tramo de la estación de Atocha hasta la estación de Méndez álvaro, el tramo era descubierto y se veían los tejados y los cielos de Madrid.
Gracias a tout le monde, aunque en realidad es el viaje es en un autocar de La Sepulvedana.
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